20 septiembre 2014

Parashá Vayelej: Devarim/Deuteronomio 31: 1 – 30, Por Maestro: Thyto Eliyahu Ovadyah Humberto.


Divrei Eliyahu Ovadyah

La Toráh nos dice: “Vayelej Moshé Vaydaber Et Hadevarim Haeleh El Kol Israel”/ “Y fue Moshé y habló estas palabras a todo Israel”. En su vejez no perdió su condición de Líder, a sabiendas que no pisaría en este mundo la tierra prometida a nuestros antepasados. Yehoshúa quedaría en su lugar para guiar al pueblo a través de su travesía al cruzar el Yardén, pues contaba con el respaldo y amparo del Eterno para derrotar a los enemigos, es por ello que Moshé le dijo: ¡No temas, ni te intimides! Moshé escribió un Séfer Toráh y se la entrega a los Kohanim mandándoles: “Al termino del séptimo año, el de remisión en la Fiesta de Sukkót, deberán presentarse delante del Eterno, en el lugar que Él escogiere, y leerán esta Toráh delante de todo Israel. 

Harás congregar el pueblo, varones, mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman al Eterno su Dios, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta Toráh. Y los hijos de ellos que no supieron oigan, y aprendan a temer al Eterno su Dios todos los días que vivan sobre la tierra”. El Shadday le dice a Moshé que se acerca el fin de sus días, por ello debe llamar a Yehoshúa, y debían esperar ambos en el Mishkán/Tabernáculo del testimonio. Se aparece El Eterno en la columna de nube sobre la puerta del Mishkán y dice a Moshé:


“Tu dormirás con tus padres y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va, en estando en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él. Y mi furor se encenderá contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y le hallarán muchos males y angustias, y dirá en aquel día: ¿No me han hallado estos males porque no está mi Dios en medio de mí? Empero yo esconderé ciertamente mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos. Ahora, pues, escribe este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel: ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel. Porque yo le introduciré en la tierra que juré á sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerá, y se hartará, y se engordará: y se volverán a dioses ajenos, y les servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto.  


Y será que cuando le vinieren muchos males y angustias, entonces responderá en su cara este cántico como testigo, pues no caerá en olvido de la boca de su linaje: porque yo conozco su ingenio, y lo que hace hoy, antes que le introduzca en la tierra que juré”. El texto hebreo dice: “Vayijetóv Moshé Et Hashiráh HaZot Bayom Hahu Vayelamdah Et Benei Israel”. / “Moshé escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel". (Devarim 31:22). La palabra: Vayijetóv/Y escribió, tiene un valor numérico de: Vav=6, Yud=10, Caf=20, Tav=400 y Bet=2, total=438. Este es el mismo valor numérico de la palabra: Libót/Corazones (Tehiláh 7:10): Lámed=30, Bet=2, Vav=6 y Tav=400, total=438. Por eso es que El Elyón dice por medio del Profeta Yirmeyahu Pérek 31, Pasúk 33: “Daré mi Toráh en sus entrañas, y la escribiré en sus corazones”.

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HaKadósh Barúj Hu menciona por vez primera a Yehoshúa esta conocida promesa: “Esfuérzate y anímate, que tú meterás los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo seré contigo”. ¡Qué maravilloso saber que El Eterno está con sus hijos! Cuando Jeber Ben Amram terminó de escribir el Séfer Toráh mandó a los Leviim que transportaban el Arón/Arca: “Tomen este libro de la Toráh y pónganlo al lado del Arón Habrit del Eterno su Dios, y esté allí por testigo contra ti. Porque yo conozco tu rebelión, y tu cerviz dura: he aquí que aun viviendo yo hoy con ustedes, son rebeldes al Eterno; y ¿Cuánto más después que yo fuere muerto? 

Congreguen a mí todos los ancianos de sus tribus, y a sus oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos los cielos y la tierra. Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente se corromperán y apartarán del camino que les he mandado; y que les ha de venir mal en los últimos días, por haber hecho mal en ojos del Eterno, enojándole con la obra de sus manos. Entonces habló Moshé en oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo”.


Haftaráh Nitzavim/Vayelej (Solamente cuando se leen juntas): Yeshayahu/Isaías 61:10 – 63: 9. 


11 He aquí que El Eterno hizo oír hasta lo último de la tierra: Digan a la hija de Tzión: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con Él, y delante de Él su obra. 12 Y les han de llamar Pueblo Santo, Redimidos del Eterno; y a ti te llamarán Ciudad Buscada, no desamparada.

La Toráh nos continúa diciendo: ¡Fidelidad! ¡Obediencia! Eso es todo lo que pide HaKadósh Barúj Hu de nosotros sus hijos. Nuestro pensamiento debe estar centrado en Servirlo, Amarlo, Reverenciarlo y Temerlo con todo nuestro ser todos los días de nuestra vida. Pidámosle a Dios que nos enseñe a contar nuestros días, de modo que traigamos a nuestro corazón sabiduría para que la apliquemos y vivamos confiadamente. ¡Deseo que el Juicio en Rosh HaShanáh sea inclinado a nuestro favor! ¡Shaná Tová 5776!

¡Shabbát Shalóm VeShavúa Tov!

25 de Elúl de 5774/20 de Septiembre del 2014, Hermosillo, Sonora, México.

Por Maestro: Thyto Eliyahu Ovadyah Humberto.

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