Divrei Eliyahu Ovadyah
La
presente sección de la Toráh: Nitzavim/Firmes, es leída siempre en el Shabbát
anterior a la Fiesta de Rosh HaShanáh, pues comienza diciendo: “Todos ustedes
se encuentran hoy firmes ante el Eterno”, lo cual es una aseveración de que
estaremos firmes, y saldremos victoriosos durante el juicio ejecutado ese día
por El Elyón a todos los seres humanos del orbe. Asimismo la palabra
Atém/Ustedes contiene las mismas letras de la palabra: Emét/Verdad, de modo tal
que la Toráh nos da estabilidad espiritual para salir bien librados durante la
sentencia en el Yom HaDín/Día del Juicio. Algo muy importante que menciona
Moshé, es que El Eterno ha establecido como Su pueblo a Israel, y que Él es
nuestro Dios, tal como Prometió y Juró a nuestros Padres: Avraham, Yitzják y
Yaacov. Recalca también algo muy importante: “Y no solo con ustedes concretó
ese Pacto, sino con él que no está presente hoy”. No se refiere a los
Guerim/Conversos, pues el Talmud Bavli dice que sus Neshamót/Almas también
estuvieron de pie ante el Sinaí recibiendo la Toráh. El Pacto concretado es
para todas las generaciones de Israel, nosotros el Pueblo Elegido de entre
todas las naciones y Amado por HaKadósh Barúj Hu.
Moshé
recuerda que nuestro pueblo fue esclavo en Mitzráyim y como tal presenció la
terrible idolatría que allá se practicaba, por eso declara que quizás haya
hombre, mujer, familia o tribu cuyo corazón se desvíe del Eterno para ir a
adorar las vanidades de los pueblos. Tal vez haya alguna raíz de amargura, que
a pesar de escuchar las palabras de este Pacto alguna persona diga: “Me irá bien, aunque haga
lo que me dicte el corazón”. Entonces El Eterno apartará a esa persona de entre
las tribus para su desgracia, y quedará a merced de todas las maldiciones de
este libro de la Toráh.
Lekutiel Ben Amram también nos dice, que no podemos
saber lo que El Eterno no ha revelado: “Las cosas ocultas pertenecen al Eterno
nuestro Dios. Pero las reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos
para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta Toráh”. En el texto
hebreo las palabras: “Lanu Ulebanenu”/ “A nosotros y a nuestros hijos”, tienen
un punto encima de cada letra, lo cual significa según los Jajamim Jazal del
Talmud Bavli, que los Israelitas somos recíprocamente responsables ante El Eterno,
a partir del juramento que hicimos de cumplir la Toráh, cuando estuvimos de pie
en los montes Guerizim y Eival.
Si usamos la matemática espiritual,
entenderemos que la palabra: Laavod/Para servir/labrar/trabajar (Bereshit 2:5) tiene
un valor numérico de: Lámed=30 Áyin=70, Bet=2, Dálet=4, total=106. Este es el
mismo valor numérico de la palabra: Eloheijem/Su Dios (Bereshit
43:23): Álef=1, Lámed=30, Hei=5, Yud=10, Caf=20 y Mem=40, valor total=106. Las
personas que adoran o veneran imágenes, en realidad están confiando en ellas
como si fueran Su Dios. Nosotros los Judíos somos privilegiados, porque solo
Adoramos y Servimos al Eterno, El Único y Verdadero Dios, pues no hay otro
fuera de Él. El Shadday Creó al ser humano, a los animales y también Hizo los
cielos y la tierra.
En
el Pérek treinta, pasúk uno en adelante, la Toráh nos muestra en palabras de
Moshé, que la Teshuvá/Retorno-Arrepentimiento es primordial entre nuestro
pueblo para que se acabe el Galút/Diáspora: “Cuando experimentes la bendición y
maldición que he puesto ante ti, entre todos los pueblos que El Eterno tu Dios
te esparza, medita en tu corazón acerca del asunto, y retornarás al Eterno tu
Dios y obedecerás Su Voz, harás todo lo que yo te ordeno hoy, tú y tus hijos con todo tu corazón y toda tu
alma. Entonces El Eterno tu Dios te hará regresar del cautiverio, se
compadecerá de ti, y te reunirá otra vez de entre las naciones por las cuales
El Eterno tu Dios te hubo diseminado”.
Por eso dice nuestra tradición: “La
Shejiná/Presencia Divina regresará junto con Israel del exilio”. Poseeremos de
nuevo la tierra prometida, El Eterno nos hará prosperar, y seremos más
numerosos que nuestros antepasados. El Eterno circuncidará nuestro corazón y el
de nuestros hijos para que Lo Amemos con todas nuestras almas, y así vivamos
delante de Él; entonces El Eterno hará caer todas las maldiciones de esta Toráh
sobre nuestros enemigos. Esto sucederá cuando obedezcamos Su Voz, cuidando sus
Mitzvót y decretos que están escritos en este libro de la Toráh, y retornemos a
Él con todo nuestro corazón y toda nuestra alma.
La Toráh no está en el
cielo para que digamos: ¿Quién subirá al cielo para que nos la traiga? (¡Ya lo
hizo Moshé de una vez por todas!), tampoco está más allá del mar para que
digamos: ¿Quién atravesará por nosotros el mar par que nos la traiga y nos la
dé a conocer para que la llevemos a la práctica? ¡La Toráh está dentro de
nosotros, cercana a nuestro corazón, en nuestra boca para que la vivamos! El
Eterno cuando Hizo, Creó y Formó al ser humano lo dotó de inteligencia y libre
albedrío, es por ello que se nos dice: “Hoy pongo ante ti la vida y el bien, la
muerte y el mal”. Sin embargo se nos exhorta a escoger lo mejor: “Yo te ordeno hoy
que ames al Eterno tu Dios, que andes por Sus caminos, cumpliendo Sus Mitzvót,
Sus decretos y Sus leyes. Así vivirás y te aumentarás, y El Eterno tu Dios te
Bendecirá en la tierra a la que te diriges para tomar posesión”.
En cambio si
rehusamos hacerlo, se nos exhorta: “Si tu corazón se aparta y no quieres
obedecer, y te dejas arrastrar para prosternarte y adorar dioses ajenos,
seremos exterminados como Pueblo y no viviremos mucho tiempo en la
tierra”. “Hoy mismo convoco
a los cielos y la tierra como testigos, de que pongo ante ti la vida y la
muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida para que vivas tú y tu
descendencia. Ama al Eterno tu Dios, obedécelo Apegándote a Él, pues Él es tu
vida y la prolongación de tus días en la tierra que El Eterno juró que daría a
tus ancestros, a Avraham, Yitzják y Yaacov”.
Haftaráh
Nitzavim: Yeshayahu/Isaías 61:10 – 63: 9.
El
Profeta hace un símil del casamiento hebreo, en el cual el novio cubre a la
novia con su Talit/Manto, para simbolizar su protección hacia ella a partir de
ese momento, ambos se atavían con las mejores ropas, y ella usa las mejores
joyas. De la misma manera El Eterno nos cubre con la Justicia por medio de Su
Talit de Gloria, nos viste con Su Salvación y nos ensalza sobre las naciones de
la tierra.
10 Me regocijaré intensamente con El
Eterno, mi alma se regocijará por mi Dios, pues me ha vestido las ropas de la
salvación y con la túnica de la rectitud me ha cubierto, como un novio que luce
su esplendor y como una novia reluciente con sus alhajas. 11 Pues, así como la tierra hace crecer su
producto y una huerta produce sus brotes, así El Señor El Eterno, hace que la
rectitud y la alabanza broten ante todas las naciones.
La
Toráh nos enseña que si obedecemos lo que está escrito en ella, y amamos con
todas nuestras fuerzas a su Autor, entonces disfrutaremos de todas las bendiciones plasmadas en su interior.
No es difícil cumplir las Mizvót, porque si lo hacemos con plena convicción y
amor, de ninguna manera representarán una carga para nosotros, sino que nos
ayudarán a que la vida sea mucho mejor de lo que podemos pensar o imaginar. ¡Te
deseo un Bendecido Shaná Továh Umetukáh 5776!
¡Shabbát Shalóm VeShavúa Tov✡!
25 de Elúl de 5774/20 de Septiembre del 2014, Hermosillo, Sonora,
México.
Por: Maestro Thyto Eliyahu Ovadyah Humberto.
Derechos de autor/Copyright © registrados en México.
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