Divrei Eliyahu Ovadyah
La
Toráh nos dice: “Vayelej Moshé Vaydaber Et Hadevarim Haeleh El Kol Israel”/ “Y
fue Moshé y habló estas palabras a todo Israel”. En su vejez no perdió su
condición de Líder, a sabiendas que no pisaría en este mundo la tierra
prometida a nuestros antepasados. Yehoshúa quedaría en su lugar para guiar al
pueblo a través de su travesía al cruzar el Yardén, pues contaba con el
respaldo y amparo del Eterno para derrotar a los enemigos, es por ello que
Moshé le dijo: ¡No temas, ni te intimides! Moshé escribió un Séfer Toráh y se
la entrega a los Kohanim mandándoles: “Al termino del séptimo año, el de
remisión en la Fiesta de Sukkót, deberán presentarse delante del Eterno, en el
lugar que Él escogiere, y leerán esta Toráh delante de todo Israel.
Harás
congregar el pueblo, varones, mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren
en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman al Eterno su Dios, y cuiden
de poner por obra todas las palabras de esta Toráh. Y los hijos de ellos que no
supieron oigan, y aprendan a temer al Eterno su Dios todos los días que vivan
sobre la tierra”. El Shadday le dice a Moshé que se acerca el fin de sus días,
por ello debe llamar a Yehoshúa, y debían esperar ambos en el
Mishkán/Tabernáculo del testimonio. Se aparece El Eterno en la columna de nube
sobre la puerta del Mishkán y dice a Moshé:
“Tu
dormirás con tus padres y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses
ajenos de la tierra adonde va, en estando en medio de ella; y me dejará, e
invalidará mi pacto que he concertado con él. Y mi furor se encenderá contra él
en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán
consumidos; y le hallarán muchos males y angustias, y dirá en aquel día: ¿No me
han hallado estos males porque no está mi Dios en medio de mí? Empero yo esconderé ciertamente mi
rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto
a dioses ajenos. Ahora,
pues, escribe este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel: ponlo en boca de
ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.
Porque yo le introduciré en la tierra que juré á sus padres, la cual fluye
leche y miel; y comerá, y se hartará, y se engordará: y se volverán a dioses
ajenos, y les servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto.
Y será que cuando le vinieren muchos
males y angustias, entonces responderá en su cara este cántico como testigo,
pues no caerá en olvido de la boca de su linaje: porque yo conozco su ingenio,
y lo que hace hoy, antes que le introduzca en la tierra que juré”. El texto
hebreo dice: “Vayijetóv Moshé Et Hashiráh HaZot Bayom Hahu Vayelamdah Et Benei Israel”. / “Moshé escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel". (Devarim 31:22). La palabra:
Vayijetóv/Y escribió, tiene un valor numérico de: Vav=6, Yud=10, Caf=20,
Tav=400 y Bet=2, total=438. Este es el mismo valor numérico de la palabra:
Libót/Corazones (Tehiláh 7:10): Lámed=30, Bet=2, Vav=6 y Tav=400, total=438.
Por eso es que El Elyón dice por medio del Profeta Yirmeyahu Pérek 31, Pasúk
33: “Daré mi Toráh en sus entrañas, y la escribiré en sus corazones”.
HaKadósh
Barúj Hu menciona por vez primera a Yehoshúa esta conocida promesa: “Esfuérzate
y anímate, que tú meterás los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo
seré contigo”. ¡Qué maravilloso saber que El Eterno está con sus hijos! Cuando
Jeber Ben Amram terminó de escribir el Séfer Toráh mandó a los Leviim que
transportaban el Arón/Arca: “Tomen este libro de la Toráh y pónganlo al lado
del Arón Habrit del Eterno su Dios, y esté allí por testigo contra ti. Porque
yo conozco tu rebelión, y tu cerviz dura: he aquí que aun viviendo yo hoy con
ustedes, son rebeldes al Eterno; y ¿Cuánto más después que yo fuere muerto?
Congreguen a mí todos los ancianos de sus tribus, y a sus oficiales, y hablaré
en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos los cielos y
la tierra. Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente se corromperán y
apartarán del camino que les he mandado; y que les ha de venir mal en los
últimos días, por haber hecho mal en ojos del Eterno, enojándole con la obra
de sus manos. Entonces
habló Moshé en oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este
cántico hasta acabarlo”.
Haftaráh Nitzavim/Vayelej (Solamente cuando se leen juntas): Yeshayahu/Isaías 61:10 – 63: 9.
11
He aquí que El Eterno hizo oír hasta lo último de la tierra: Digan a la hija de
Tzión: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con Él, y delante de Él
su obra. 12 Y les han de llamar Pueblo Santo, Redimidos del Eterno; y a ti te
llamarán Ciudad Buscada, no desamparada.
La
Toráh nos continúa diciendo: ¡Fidelidad! ¡Obediencia! Eso es todo lo que pide
HaKadósh Barúj Hu de nosotros sus hijos. Nuestro pensamiento debe estar
centrado en Servirlo, Amarlo, Reverenciarlo y Temerlo con todo nuestro ser
todos los días de nuestra vida. Pidámosle a Dios que nos enseñe a contar
nuestros días, de modo que traigamos a nuestro corazón sabiduría para que la
apliquemos y vivamos confiadamente. ¡Deseo que el Juicio en Rosh HaShanáh sea
inclinado a nuestro favor! ¡Shaná Tová 5776!
¡Shabbát Shalóm VeShavúa Tov✡!
25 de Elúl de 5774/20 de Septiembre del 2014, Hermosillo, Sonora,
México.
Por Maestro: Thyto
Eliyahu Ovadyah Humberto.
Derechos de
autor/Copyright ©registrados en México.
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