18 junio 2015

Parashá Kóraj: Bamidbar/Números 16:1 - 18:32.



Divrei Rivkah Jayah VeEliyahu Ovadyah

La Toráh al comienzo de la Parashá nos dice: Kóraj Ben Yitzhar, Ben Kehat, Ben Leví se apartó junto con Datán, Aviram y On, ellos se presentaron ante Moshé y Aharón junto con doscientos cincuenta hombres líderes de la comunidad y les dijeron: ¡Suficiente, pues toda la comunidad, todos son santos y El Eterno se encuentra dentro de todos ellos! ¿Por qué, entonces, ustedes se erigen como autoridad sobre la comunidad del Eterno? Inmediatamente Moshé cae sobre su rostro, y luego le habló a Kóraj y a toda su comitiva, diciendo: “Por la mañana El Eterno hará saber quiénes Le pertenecen y quiénes Le están consagrados; y Él los acercará hacia Sí. Aquellos a quienes Él elija serán quienes Le ofrenden a Él.

Hagan así: Que Kóraj y toda su comitiva tomen braseros y que mañana echen sobre ellos (fuego del Altar) y ofrezcan incienso ante El Eterno. El hombre a quien El Eterno elija será el consagrado. El querer usurpar la autoridad es un pensamiento negativo que inundó la mente de Kóraj y sucesivamente él convence a doscientos cincuenta y tres hombres más para que se le unan en su necedad. Moshé mandó llamar a Datán y a Aviram, hijos de Eliav, pero ellos respondieron: “No iremos, ¿no es suficiente que nos hayas hecho salir de una tierra de la que fluye leche y miel para hacernos morir en este desierto, que encima pretendes mandar sobre nosotros?

Esto apenó a Moshé enormemente y le dijo al Eterno: “No aceptes la ofrenda de ellos. Yo no tomé de ellos ni siquiera un burro ni a ninguno de ellos hice daño”. Moshé le dijo a Kóraj: “Tú y tu comitiva preséntense ante El Eterno tú, ellos y Aharón que cada uno tome su brasero y ponga allí incienso, y que cada uno presente su brasero ante El Eterno. Cada uno tomó su brasero y les pusieron fuego e incienso, y se pararon a la entrada de la Tienda del Encuentro, con Moshé y Aharón. Cuando Kóraj congregó a toda la comunidad contra ellos y los reunió a la entrada de la Tienda del Encuentro, se manifestó la Gloria del Eterno ante toda la comunidad.


El Eterno les habló a Moshé y a Aharón, diciendo: “Sepárense de esa comunidad, pues en un instante los destruiré”. Pero ellos cayeron sobre sus rostros y rogaron: “El, Elohim de los espíritus de todo ser viviente, si un solo hombre peca, ¿cómo es que te enojas contra toda la comunidad?”  (El nombre Elohim denota severidad y juicio, y al decir Moshé y Aharón: Espíritus de toda carne, sabían que El Eterno conocía quienes eran los transgresores). Entonces El Eterno le habló a Moshé, transmítele a toda la comunidad.  

Diles: Apártense de alrededor de las moradas de Kóraj, Datán y Aviram”. Moshé se levantó y se dirigió hacia Datán y Aviram. Y tras él fueron los ancianos de Israel. Le dijo a la comunidad: “Apártense de las tiendas de estos hombres perversos. No toquen nada que sea de ellos, para evitar morir a causa de todas sus transgresiones”. Ellos, en efecto, se retiraron del asentamiento de Koraj, Datán y Aviram, y de todo su contorno.

Datán y Aviram salieron y se pararon a la entrada de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus niños pequeños. Dijo Moshé: “Así sabrán que El Eterno me ha enviado hacer todo esto. Si estos individuos mueren en forma similar a todos los individuos, y si tienen el mismo destino que todos los individuos,  no actué por orden del Eterno. Pero si El Eterno crea un fenómeno  haciendo que la tierra abra su boca y los trague a ellos con todas sus pertenencias y caigan vivos al abismo, entonces será que estos hombres provocaron al Eterno”.

Resulta que cuando terminó de decir eso, se abrió el suelo que estaba a sus pies, la tierra abrió su boca y los tragó a ellos con sus casas, y a todos los hombres que integraban la comitiva de Kóraj, junto con todas sus pertenencias. Así, ellos con todas sus pertenencias cayeron vivos al sepulcro. Luego, la tierra los cubrió y se perdieron de la comunidad. Todos los israelitas que estaban alrededor de ellos, al oír sus gritos escaparon diciendo: “¡Que no nos trague la tierra también a nosotros!” Entonces emergió un fuego del Eterno que consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrendaron el incienso.

El Midrásh dice que dado que Moshé estaba a nivel del suelo, ¡el castigo de ellos debía ser más bajo que eso! Debido a ello la tierra abrió su boca. Precisamente este fue uno de los diez milagros que El Eterno había decretado antes de que Él creara la tierra. Kóraj, todos sus seguidores y familias bajaron vivos cerca del Sheol, ellos no murieron inmediatamente, sino hasta que su tiempo de partir se cumplió y vivieron sin ver la luz del sol.


Por tanto si te habías preguntado si debajo de la tierra han vivido personas, la respuesta es un sí rotundo. El nombre Kóraj tiene un valor numérico de: Kuf=100, Resh=200 y Jet=8, total= 308. Este es el mismo valor numérico de la palabra: Kiveró/Su tumba (Bereshit 23:6): Kuf=100, Bet=2, Resh=200 y Vav=6, total=308. ¡Kóraj cavó su propia tumba y todos sus seguidores junto con él por hablar Lashón Hará y desafiar la autoridad puesta por el Shadday!

El Eterno le dice a Moshé que transmita a Elazar lo siguiente: Todos los braseros que fueron usados por los rebeldes deben ser convertidos en láminas para revestir el altar. Inesperadamente el pueblo culpa a Moshé y a Aharón de haber causado la muerte de los transgresores. Toda la comunidad se juntó contra Moshé y Aharón, pero la Shejiná los defendió, pues ellos entraron al Ohel Moed y estuvieron seguros con la Cobertura del Shadday.

Entonces El Eterno le habla a Moshé: ¡Apártense de esta congregación que yo la destruiré! Entonces ellos cayeron sobre sus rostros. Moshé le dijo a Aharón: “Toma el brasero y echa en él fuego del Altar y ponle incienso. Luego llévalo rápidamente a la comunidad para proveerles expiación, pues la ira del Eterno ya se encendió y la plaga ya comenzó”. Aharón tomó el brasero, siguiendo la indicación de Moshé, y corrió hacia el medio de la comunidad.

Pero resulta que la plaga ya había comenzado en el pueblo. Entonces puso el incienso para proveer expiación al pueblo. El Midrásh dice que cuando Moshé estuvo en el cielo, el Maláj HaMavet/Ángel de la muerte se hizo su amigo, y le dijo que si encendía incienso la ira del Eterno se aplacaría. En la Tehiláh 141:2 está escrito: “Sea enderezada mi oración delante de ti como un perfume, El don de mis manos como la ofrenda de la tarde”. El rezo que proviene de un corazón sincero en estos tiempos actuales sustituye al Ketorét/Incienso. La popular canción Sefaradí: Un Kavretiko, menciona que vino el Santo Bendicho y degolló al Maláj HaMavet, esta es una bella metáfora de esta historia que menciona la Toráh.


El Eterno le habló a Moshé, diciendo: “Háblale a los hijos de Israel y toma de ellos un bastón por cada tribu, por linaje paterno. Escribe el nombre de cada uno en su bastón. En el bastón de Leví escribe el nombre de Aharón, pues debe haber un solo bastón por cada jefe de tribu paterna. Coloca los bastones en la Tienda del Encuentro, ante el Arca del Testimonio, donde Yo Me reúno con ustedes. El bastón del hombre que Yo elija, florecerá. De esa forma haré que cesen las quejas de los israelitas contra ustedes ante El Eterno, en la Tienda del Testimonio. Y resulta que al día siguiente, cuando Moshé entró a la Tienda del Testimonio, vio que había florecido la vara de Aharón en representación de la Casa de Leví floreció, sacó frutos en flor y produjo almendras.

La palabra Shevet/Tribu (Bereshit 49:10) tiene un valor numérico de: Shin=300, Bet=2 y Tet=9, total= 311. Este es el mismo valor numérico de la palabra: Ish/Hombre (Bereshit 2:24): Álef=1, Yud=10 y Shin=300, total=311, pues el linaje tribal según la Toráh lo determina el padre y no la madre, y leímos anteriormente que El Eterno Dijo: Toma de ellos un bastón por cada tribu, por linaje paterno. 

 

El Eterno dice a Aharón que la responsabilidad de los utensilios del Santuario recae sobre él y sus hijos, pero la responsabilidad de las ofrendas será únicamente de Aharón. Dijo también El Eterno a Aharón: “En la tierra tú no tendrás herencia alguna ni tendrás propiedades para ti entre ellos; Yo soy tu parte y tu herencia entre los hijos de Israel”. Además El Eterno dice que los Leviim recibirán el diezmo para su sustento, debido a que ellos no tienen posesiones y su trabajo es en todo tiempo en el Mishkán. El diezmo podían comerlo en cualquier lugar ellos y sus familias. ¿Leíste mal? No, pues la Toráh es clara: ¡El diezmo no era dinero! Los Leviim debían aportar al Eterno el diez por ciento del diezmo también como ofrenda.

Haftaráh Bamidbar: Shemuel Álef/1 Samuel 11:14-12:22.



Shemuel le dijo al pueblo: “Vengan, vayamos a Guilgal y renovemos allí la monarquía. Todo el pueblo fue a Guilgal. Allí, en Guilgal, coronaron a Shaúl por rey ante El Eterno. Y ofrecieron al Eterno ofrendas Shelamim. Shaúl y todos los hombres de Israel se regocijaron mucho allí. Shemuel le dijo a todo Israel: “Miren, escuché la voz de ustedes. Hice todo lo que ustedes  me pidieron, les puse un rey. Ahora, miren, el rey irá al frente de ustedes. Yo me puse viejo y muy anciano. En cuanto a mis hijos, están aquí con ustedes”.

En cuanto a mí, yo los guié a ustedes desde mi juventud hasta este día. Aquí estoy. Testifiquen contra mí ante El Eterno y ante Su ungido: ¿Me he apropiado del toro de alguien?, ¿me he apropiado del asno de alguien?, ¿he robado a alguien?, ¿he  extorsionado a alguien?, ¿he aceptado soborno de alguien dejándome enceguecer y se los devolveré”. Y ellos respondieron: “No nos defraudaste no nos extorsionaste, ni nunca tomaste nada de nadie”. Entonces les dijo: “El Eterno es Testigo y Su ungido es testigo el día de hoy, de que ustedes no encontraron nada  en mi poder”. Y ellos respondieron al unísono: “¡El Eterno es Testigo!”.

Que diferente la actitud del profeta Shemuel a la arrogancia y soberbia de Kóraj, pues él no tenía nada que esconder, no quería tomar nada de nadie. En cambio Kóraj quiso tomar la autoridad por sí mismo, y esa fue la causa de su derrota. Sin embargo en algunos Tehilim está escrito: Al músico principal: de los hijos de Kóraj (Tehiláh 46:1). La descendencia de Kóraj supo someterse a la autoridad delegada por HaKadósh Barúj Hu, ¿Lo hacemos nosotros?

¡Shabbát Shalóm VeShavúa Tov !

  
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