Divrei Rivkah Jayah VeEliyahu Ovadyah
La Toráh al comienzo de la Parashá nos
dice: Kóraj Ben Yitzhar, Ben Kehat, Ben Leví se apartó junto con Datán, Aviram
y On, ellos se presentaron ante Moshé y Aharón junto con doscientos cincuenta
hombres líderes de la comunidad y les dijeron: ¡Suficiente, pues toda
la comunidad, todos son santos y El Eterno se encuentra dentro de todos ellos!
¿Por qué, entonces, ustedes se erigen como autoridad sobre la comunidad del Eterno?
Inmediatamente Moshé cae sobre su rostro, y luego le habló a Kóraj y a toda su
comitiva, diciendo: “Por la mañana El Eterno hará saber quiénes Le pertenecen y
quiénes Le están consagrados; y Él los acercará hacia Sí. Aquellos a quienes Él
elija serán quienes Le ofrenden a Él.
Hagan así: Que Kóraj y toda su comitiva
tomen braseros y que mañana echen sobre ellos (fuego del Altar) y ofrezcan
incienso ante El Eterno. El hombre a quien El Eterno elija será el consagrado.
El querer usurpar la autoridad es un pensamiento negativo que inundó la mente
de Kóraj y sucesivamente él convence a doscientos cincuenta y tres hombres más
para que se le unan en su necedad. Moshé mandó llamar a Datán y a Aviram, hijos
de Eliav, pero ellos respondieron: “No iremos, ¿no es suficiente que nos hayas
hecho salir de una tierra de la que fluye leche y miel para hacernos morir en
este desierto, que encima pretendes mandar sobre nosotros?
Esto apenó a Moshé enormemente y le
dijo al Eterno: “No aceptes la ofrenda de ellos. Yo no tomé de ellos ni
siquiera un burro ni a ninguno de ellos hice daño”. Moshé le dijo a Kóraj: “Tú
y tu comitiva preséntense ante El Eterno tú, ellos y Aharón que cada uno tome
su brasero y ponga allí incienso, y que cada uno presente su brasero ante El
Eterno. Cada uno tomó su brasero y les pusieron fuego e incienso, y se pararon
a la entrada de la Tienda del Encuentro, con Moshé y Aharón. Cuando Kóraj
congregó a toda la comunidad contra ellos y los reunió a la entrada de la
Tienda del Encuentro, se manifestó la Gloria del Eterno ante toda la comunidad.
El Eterno les habló a Moshé y a Aharón,
diciendo: “Sepárense de esa comunidad, pues en un instante los destruiré”. Pero
ellos cayeron sobre sus rostros y rogaron: “El, Elohim de los espíritus de todo
ser viviente, si un solo hombre peca, ¿cómo es que te enojas contra toda la
comunidad?” (El nombre Elohim denota severidad y juicio, y al decir Moshé y Aharón:
Espíritus de toda carne, sabían que El Eterno conocía quienes eran los
transgresores). Entonces El Eterno le habló a Moshé, transmítele a toda la
comunidad.
Diles: Apártense de alrededor de las
moradas de Kóraj, Datán y Aviram”. Moshé se levantó y se dirigió hacia Datán y
Aviram. Y tras él fueron los ancianos de Israel. Le dijo a la comunidad:
“Apártense de las tiendas de estos hombres perversos. No toquen nada que sea de
ellos, para evitar morir a causa de todas sus transgresiones”. Ellos, en
efecto, se retiraron del asentamiento de Koraj, Datán y Aviram, y de todo su
contorno.
Datán y Aviram salieron y se pararon a
la entrada de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus niños pequeños.
Dijo Moshé: “Así sabrán que El Eterno me ha enviado hacer todo esto. Si estos
individuos mueren en forma similar a todos los individuos, y si tienen el mismo
destino que todos los individuos, no actué por orden del Eterno.
Pero si El Eterno crea un fenómeno haciendo que la tierra abra su
boca y los trague a ellos con todas sus pertenencias y caigan vivos al abismo,
entonces será que estos hombres provocaron al Eterno”.
Resulta que cuando terminó de decir
eso, se abrió el suelo que estaba a sus pies, la tierra abrió su boca y los
tragó a ellos con sus casas, y a todos los hombres que integraban la comitiva
de Kóraj, junto con todas sus pertenencias. Así, ellos con todas sus
pertenencias cayeron vivos al sepulcro. Luego, la tierra los cubrió y se perdieron
de la comunidad. Todos los israelitas que estaban alrededor de ellos, al oír
sus gritos escaparon diciendo: “¡Que no nos trague la tierra también a
nosotros!” Entonces emergió un fuego del Eterno que consumió a los doscientos
cincuenta hombres que ofrendaron el incienso.
El Midrásh dice que dado que Moshé estaba
a nivel del suelo, ¡el castigo de ellos debía ser más bajo que eso! Debido a
ello la tierra abrió su boca. Precisamente este fue uno de los diez milagros
que El Eterno había decretado antes de que Él creara la tierra. Kóraj, todos sus
seguidores y familias bajaron vivos cerca del Sheol, ellos no murieron
inmediatamente, sino hasta que su tiempo de partir se cumplió y vivieron sin
ver la luz del sol.
Por tanto si te habías
preguntado si debajo de la tierra han vivido personas, la respuesta es un sí
rotundo. El nombre Kóraj tiene un valor numérico de: Kuf=100, Resh=200 y Jet=8,
total= 308. Este es el mismo valor numérico de la palabra: Kiveró/Su tumba
(Bereshit 23:6): Kuf=100, Bet=2, Resh=200 y Vav=6, total=308. ¡Kóraj cavó su
propia tumba y todos sus seguidores junto con él por hablar Lashón Hará y
desafiar la autoridad puesta por el Shadday!
El Eterno le dice a Moshé que transmita
a Elazar lo siguiente: Todos los braseros que fueron usados por los rebeldes
deben ser convertidos en láminas para revestir el altar. Inesperadamente el
pueblo culpa a Moshé y a Aharón de haber causado la muerte de los
transgresores. Toda la comunidad se juntó contra Moshé y Aharón, pero la
Shejiná los defendió, pues ellos entraron al Ohel Moed y estuvieron seguros con
la Cobertura del Shadday.
Entonces El Eterno le habla a Moshé:
¡Apártense de esta congregación que yo la destruiré! Entonces ellos cayeron
sobre sus rostros. Moshé le dijo a Aharón: “Toma el brasero y echa en él fuego
del Altar y ponle incienso. Luego llévalo rápidamente a la comunidad para
proveerles expiación, pues la ira del Eterno ya se encendió y la plaga ya
comenzó”. Aharón tomó el brasero, siguiendo la indicación de Moshé, y corrió
hacia el medio de la comunidad.
Pero resulta que la plaga ya había
comenzado en el pueblo. Entonces puso el incienso para proveer expiación al
pueblo. El Midrásh dice que cuando Moshé estuvo en el cielo, el Maláj
HaMavet/Ángel de la muerte se hizo su amigo, y le dijo que si encendía incienso
la ira del Eterno se aplacaría. En la Tehiláh 141:2 está escrito: “Sea
enderezada mi oración delante de ti como un perfume, El don de mis manos como
la ofrenda de la tarde”. El rezo que proviene de un corazón sincero en estos
tiempos actuales sustituye al Ketorét/Incienso. La popular canción Sefaradí: Un
Kavretiko, menciona que vino el Santo Bendicho y degolló al Maláj HaMavet, esta
es una bella metáfora de esta historia que menciona la Toráh.
El Eterno le habló a Moshé, diciendo:
“Háblale a los hijos de Israel y toma de ellos un bastón por cada tribu, por
linaje paterno. Escribe el nombre de cada uno en su bastón. En el bastón de
Leví escribe el nombre de Aharón, pues debe haber un solo bastón por cada jefe
de tribu paterna. Coloca los bastones en la Tienda del Encuentro, ante el Arca
del Testimonio, donde Yo Me reúno con ustedes. El bastón del hombre que Yo
elija, florecerá. De esa forma haré que cesen las quejas de los israelitas
contra ustedes ante El Eterno, en la Tienda del Testimonio. Y resulta que al
día siguiente, cuando Moshé entró a la Tienda del Testimonio, vio que había
florecido la vara de Aharón en representación de la Casa de Leví floreció, sacó
frutos en flor y produjo almendras.
La palabra Shevet/Tribu (Bereshit
49:10) tiene un valor numérico de: Shin=300, Bet=2 y Tet=9, total= 311. Este es
el mismo valor numérico de la palabra: Ish/Hombre (Bereshit 2:24): Álef=1,
Yud=10 y Shin=300, total=311, pues el linaje tribal según la Toráh lo determina
el padre y no la madre, y leímos anteriormente que El Eterno Dijo: Toma de
ellos un bastón por cada tribu, por linaje paterno.
El Eterno dice a Aharón que la
responsabilidad de los utensilios del Santuario recae sobre él y sus hijos,
pero la responsabilidad de las ofrendas será únicamente de Aharón. Dijo también
El Eterno a Aharón: “En la tierra tú no tendrás herencia alguna ni tendrás
propiedades para ti entre ellos; Yo soy tu parte y tu herencia entre los hijos
de Israel”. Además El Eterno dice que los Leviim recibirán el diezmo para su
sustento, debido a que ellos no tienen posesiones y su trabajo es en todo
tiempo en el Mishkán. El diezmo podían comerlo en cualquier lugar ellos y sus
familias. ¿Leíste mal? No, pues la Toráh es clara: ¡El diezmo no era dinero!
Los Leviim debían aportar al Eterno el diez por ciento del diezmo también como
ofrenda.
Haftaráh Bamidbar: Shemuel Álef/1 Samuel 11:14-12:22.
Shemuel le dijo al pueblo: “Vengan,
vayamos a Guilgal y renovemos allí la monarquía. Todo el pueblo fue a Guilgal.
Allí, en Guilgal, coronaron a Shaúl por rey ante El Eterno. Y ofrecieron al
Eterno ofrendas Shelamim. Shaúl y todos los hombres de Israel se regocijaron
mucho allí. Shemuel le dijo a todo Israel: “Miren, escuché la voz de ustedes.
Hice todo lo que ustedes me pidieron, les puse un rey. Ahora, miren, el rey irá al frente
de ustedes. Yo me puse viejo y muy anciano. En cuanto a mis hijos, están aquí
con ustedes”.
En cuanto a mí, yo los guié a ustedes
desde mi juventud hasta este día. Aquí estoy. Testifiquen contra mí ante El
Eterno y ante Su ungido: ¿Me he apropiado del toro de alguien?, ¿me he
apropiado del asno de alguien?, ¿he robado a alguien?, ¿he extorsionado a alguien?, ¿he
aceptado soborno de alguien dejándome enceguecer y se los devolveré”. Y ellos
respondieron: “No nos defraudaste no nos extorsionaste, ni nunca tomaste nada
de nadie”. Entonces les dijo: “El Eterno es Testigo y Su ungido es testigo el
día de hoy, de que ustedes no encontraron nada en mi poder”. Y ellos
respondieron al unísono: “¡El Eterno es Testigo!”.
Que diferente la actitud del profeta
Shemuel a la arrogancia y soberbia de Kóraj, pues él no tenía nada que
esconder, no quería tomar nada de nadie. En cambio Kóraj quiso tomar la
autoridad por sí mismo, y esa fue la causa de su derrota. Sin embargo en
algunos Tehilim está escrito: Al músico principal: de los hijos de Kóraj
(Tehiláh 46:1). La descendencia de Kóraj supo someterse a la autoridad delegada
por HaKadósh Barúj Hu, ¿Lo hacemos nosotros?
¡Shabbát Shalóm
VeShavúa Tov ✡!
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