02 abril 2015

Pesaj. ¡Una oportunidad increíble para alcanzar lo imposible!

Analicemos... la energía de los comienzos. Tanto Rosh Hashaná como Pésaj son comienzos del año. Rosh Hashaná es el momento de una creación nueva del ser humano como individuo; Pésaj es el momento de una creación nueva del pueblo judío. ¿Qué podemos aprender de este hecho?




Las fuerzas espirituales que cada año operan en la época de Pésaj son de tal naturaleza que el pueblo judío (y, de hecho, cualquier individuo judío) podría alcanzar lo imposible si las utilizara. Un intento por avanzar, por alcanzar un nuevo nivel de sensibilidad, de desarrollo personal, podría tener un cierto grado de éxito en Pésaj que sería mucho más difícil de alcanzar en cualquier otro momento.
Hay una asistencia divina especial en esta época que hace posible la adquisición de muchos niveles de desarrollo en un solo salto; en circunstancias normales, dichos niveles tendrían que ser adquiridos con mucho esfuerzo y gradualmente. La palabra "Pésaj" misma significa "salto"; en un sentido profundo connota saltar a niveles de crecimiento que normalmente sólo podrían ser alcanzados uno por uno.

Esta energía es particularmente intensa en la primera noche de Pésaj; es un momento de inspiración intensa. Las fuentes cabalísticas señalan que en las demás noches, el ma'ariv (el rezo nocturno) que rezamos opera ciertas conexiones en los mundos superiores, pero en la primera noche de Pésaj estas conexiones son hechas automáticamente; nuestra labor no es necesaria. Siendo así, ¿por qué rezamos el rezo de ma'ariv en la noche del séder? Para conectarnos con lo que está ocurriendo en los mundos superiores, para hacer que desciendan hasta nuestro nivel algunas de esas energías. Esta noche no necesita nada de la protección usual que es necesaria en las demás noches; en sí misma es leil shimurim, "noche de protección". En esa noche somos protegidos por Dios en mucha mayor medida que en las demás noches del año. Es realmente "diferente de todas las demás noches". Preguntemos entonces a un nivel más profundo la vieja cuestión de la Hagadá: "¿Por qué esta noche es diferente de las demás noches?"

Aplicando los principios que previamente hemos discutido, podemos comenzar a comprender por qué esta noche tiene un poder inigualable: ésta fue la primera noche en que se comió el korbán pésaj, la ofrenda de Pésaj. El suceso culminante de las diez plagas, la muerte de los primogénitos egipcios, ocurrió a la medianoche. Nuestros hogares fueron "pasados por alto" por Dios cuando Él mismo, sin el intermedio de agentes angélicos, abatió a los egipcios. El éxodo comenzó; la redención se puso de manifiesto. El momento de la redención ocurrió a una rapidez impresionante (k´jéref ain -como un parpadeo): no hubo tiempo para que el pan fermentase y, por ello, fue sacado de Egipto en forma de matzá, pan ázimo. Estos eventos son la expresión física de energías indescriptibles activadas en un nivel trascendental. ¿Qué podemos comprender acerca de la naturaleza de estos eventos y de sus raíces espirituales? ¿Cuál es el significado profundo de esta rapidez o de la esencia de la matzá?

La primera noche de Pésaj. Una energía increíble, una oportunidad increíble. Un tiempo para el comienzo trascendente. Un tiempo para inspirar a los niños, primerizos en el camino de la espiritualidad. Un tiempo para sentirse inspirado. Un tiempo para alcanzar lo imposible, para elevarse por encima del tiempo.

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