13 septiembre 2014

Parashá Ki Tavó: Devarim/Deuteronomio 26:1 – 29: 8, Por: Maestro Thyto Eliyahu Ovadyah Humberto.




Divrei Eliyahu Ovadyah

La Parashá anterior se llama: Ki Tetzé/Cuando salgas, sin embargo en esta Porción actual de la Toráh, Moshé nos dice: “Vehayáh Ki Tavó El Haáretz Ashér A. Eloheija Notén Lejá Najalah Virishtah Veyashavtá Bah”. / “Y será que cuando entrares a la tierra que El Eterno Tu Dios te da y la poseyeres y habitares en ella”. Es preciso aclarar que es una Mitzváh entrar, poseer la tierra y habitarla. Este pasúk nos demuestra de manera contundente que la tierrs de Israel pertenece al Pueblo Hebreo solamente y no de los que claman por medio de la violencia su posesión. Al estar en la tierra debemos ofrecer los Bikkurim/Primeros frutos al Eterno, y llevarlos al Bet HaMikdásh/Templo  en Yerushaláyim, que es el lugar donde hace habitar Su Nombre (Divrei Hayamim Bet/2 Crónicas 12:13), en tiempos de Moshé debían llevarse al lugar donde se encontraba el Mishkán/Tabernáculo.



Se ofrecía esta hermosa plegaria al Eterno para pedir Su Ayuda: “Mira desde la habitación de tu santidad, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel”. El nombre de la Parashá: Ki Tavó/Cuando entrares, tiene un valor numérico de: Caf=20, Yud=10, Tav=400, Bet=2, Vav=6 y Álef=1, total=439. Este es el mismo valor numérico de la palabra: Hadélet/Las puertas (Bereshit 19:6): Hei=5, Dálet=4, Lámed=30 y Tav=400, total=439. Esto significa, que nosotros los Hijos de Israel entramos por las puertas a poseer la tierra, y a habitar en ella. No somos unos intrusos, sino los verdaderos dueños de ella, pues El Eterno nos la Ha dado en posesión Eterna (Bereshit 17:8). 



En este tiempo también debemos apropiarnos de esta oración para que se haga realidad en nuestra vida. Pero debemos saber que en el pedir está el dar, así que la Toráh nos dice por medio de Moshé: “El Eterno tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y derechos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón, y con toda tu alma”. ¡Es decir, hay que Obedecer Su Toráh! 

Junto con los Bikkurim se ofrecía el diezmo de la tierra para que la Bendición del Eterno la hiciera fructífera, de manera que se nos enfatiza: “Al Eterno has ensalzado hoy para que te sea por Dios, y para andar en sus caminos, y para guardar sus estatutos y sus mandamientos y sus derechos, y para oír Su Voz: Y también está la promesa de Él: El Eterno te ha ensalzado hoy para que le seas su peculiar pueblo, como Él te lo he dicho, y para que guardes todos sus mandamientos; Y para ponerte alto sobre todas las gentes que hizo, para honor, fama, y gloria; y para que seas pueblo santo al Eterno tu Dios, como Él ha dicho”. 




Moshé prescribe una Mitzváh especial al Pueblo: “Y será que, el día que pasaren el Yardén a la tierra que El Eterno tu Dios te da, te has de levantar piedras grandes, las cuales revocarás con cal: 3 Y escribirás en ellas todas las palabras de esta Toráh, cuando hubieres pasado para entrar en la tierra que El Eterno tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como El Eterno el Dios de tus padres te ha dicho”. Las piedras deberían estar colocadas como Otiót/Señales en el monte Eival, pues las maldiciones y bendiciones debían ser proclamadas a viva voz por tribus específicas: Para bendecir al pueblo: Shimeón, Leví, Yehudá, Yissajár, Yoséf y Binyamín. Para pronunciar la maldición: Reuvén, Gad, Asher, Zevulún, Dan, y Neftalí. Se enfatiza: “Y escribirás en las piedras todas las palabras de esta Toráh muy claramente”. Rashí dice que esta frase significa, que la escritura debía ser en setenta y un lenguas (En idioma Ivrit y en los idiomas de las setenta naciones primordiales).


Las Maldiciones: Devarim 27:

15 Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación al Eterno, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
16 Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
17 Maldito el que redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
18 Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
19 Maldito el que torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.
20 Maldito el que se echare con la mujer de su padre; por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
21 Maldito el que tuviere parte con cualquiera bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.
22 Maldito el que se echare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
23 Maldito el que se echare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
24 Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
25 Maldito el que recibiere don para herir de muerte al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
26 Maldito el que no confirmare las palabras de esta Toráh para cumplirlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.


Las Bendiciones: Devarim 28:

1.- Y será que, si oyeres diligente la voz del Eterno tu Dios, para guardar, para poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también El Eterno tu Dios te pondrá alto sobre todas las gentes de la tierra;
2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la Voz del Eterno tu Dios.
3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
4 Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.
5 Bendito tu canastillo y tus sobras.
6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.
7 Pondrá El Eterno a tus enemigos que se levantaren contra ti, de rota batida delante de ti: por un camino saldrán á ti, por siete caminos huirán delante de ti.
8 Enviará El Eterno contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que El Eterno tu Dios te da.
9 Te confirmará El Eterno por pueblo suyo santo, como te ha jurado, cuando guardares los mandamientos del Eterno tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
10 Y verán todos los pueblos de la tierra que El nombre del Eterno es llamado sobre ti, y te temerán.
11 Y te hará El Eterno sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que juró El Eterno a tus padres que te había de dar.
12 Te abrirá El Eterno su buen depósito, el cielo, para dar lluvia á tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás á muchas gentes, y tú no tomarás emprestado.
13 Y te pondrá El Eterno por cabeza, y no por cola: y estarás encima solamente, y no estarás debajo; cuando obedecieres a los mandamientos de Eterno tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.
14 Y no te apartes de todas las palabras que yo os mando hoy, ni a izquierda ni a derecha, para ir tras dioses ajenos para servirles.




Pero si no obedecemos:

15 Y será, si no oyeres la Voz del Eterno tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
16 Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo.
17 Maldito tu canastillo, y tus sobras.
18 Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.
19 Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.

Por ello, es mejor hacer Teshuvá y aceptar la corrección del Shadday, que afrontar  todas las maldiciones.



Haftaráh Ki Tavó: Yeshayahu/Isaías 60:1 - 22.

 

1 Levántate, resplandece; que ha venido tu luz, y la gloria del Eterno ha nacido sobre ti. 2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos: Pero sobre ti nacerá El Eterno, y sobre ti será vista Su gloria. 3 Y andarán las gentes a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. 4 Alza tus ojos en derredor, y mira: todos estos se han juntado, vinieron a ti: tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas sobre el lado serán criadas. 5 Entonces verás y resplandecerás; y se maravillará y llenará tu corazón, que se haya vuelto a ti la multitud de la mar, y la fortaleza de las gentes haya venido a ti. 21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.

La Haftaráh al igual que la Parashá dice que los Hijos de Israel heredaremos la tierra que El Eterno nos ha dado. Tenemos la promesa, pero para ello hay que cumplir Su Toráh, Servirlo y Amarlo solo a Él. Toda persona sensata estará de acuerdo conmigo que es mejor recibir las maldiciones que las maldiciones, ya que está en nuestra decisión el cumplir las Mitzvót, para que nuestra vida prospere en todo momento.

Todas estas palabras fueron dichas en la tierra de Moav, para recordar el Pacto que El Elyón concertó con nosotros en el monte Jorév.  A pesar de que el Pueblo vio las señales, y las grandes maravillas que Él Hizo en Mitzráyim, no comprendió que su liberación era total, pues cuarenta años viajó por el desierto sin que sus ropas se desgastaran y siendo protegido por las nubes de gloria, aún así se quejó Delante del Rey de Reyes.

La situación actual no es tan diferente, pues nos quejamos por detalles insignificantes, y olvidamos que tenemos al Mejor Padre del Universo: El Eterno, HaKadósh Barúj Hu. Confiemos plenamente en Su Bendición, Apoyo, Ayuda y Guía, pues hasta que lo hagamos, entonces comenzaremos a experimentar milagros en nuestras vidas.

¡Shabbát Shalóm VeShavúa Tov !

18 de Elúl de 5774/13 de Septiembre del 2014, 

Hermosillo, Sonora, México.

Por Maestro: Thyto Eliyahu Ovadyah Humberto.

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