Divrei Eliyahu Ovadyah
La
Parashá anterior se llama: Ki Tetzé/Cuando salgas, sin embargo en esta Porción
actual de la Toráh, Moshé nos dice: “Vehayáh Ki Tavó El Haáretz Ashér A.
Eloheija Notén Lejá Najalah Virishtah Veyashavtá Bah”. / “Y será que cuando
entrares a la tierra que El Eterno Tu Dios te da y la poseyeres y habitares en
ella”. Es preciso aclarar que es una Mitzváh entrar, poseer la tierra y
habitarla. Este pasúk nos demuestra de manera contundente que la tierrs de Israel pertenece
al Pueblo Hebreo solamente y no de los que claman por medio de la violencia su
posesión. Al estar en la tierra debemos ofrecer los Bikkurim/Primeros frutos al
Eterno, y llevarlos al Bet HaMikdásh/Templo en Yerushaláyim, que es el lugar donde
hace habitar Su Nombre (Divrei Hayamim Bet/2 Crónicas 12:13), en tiempos de
Moshé debían llevarse al lugar donde se encontraba el Mishkán/Tabernáculo.
Se ofrecía esta hermosa
plegaria al Eterno para pedir Su Ayuda: “Mira desde la habitación de tu santidad,
desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado,
como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel”. El nombre de la
Parashá: Ki Tavó/Cuando entrares, tiene un valor numérico de: Caf=20, Yud=10,
Tav=400, Bet=2, Vav=6 y Álef=1, total=439. Este es el mismo valor numérico de
la palabra: Hadélet/Las puertas (Bereshit 19:6): Hei=5, Dálet=4, Lámed=30 y
Tav=400, total=439. Esto significa, que nosotros los Hijos de Israel entramos
por las puertas a poseer la tierra, y a habitar en ella. No somos unos
intrusos, sino los verdaderos dueños de ella, pues El Eterno nos la Ha dado en
posesión Eterna (Bereshit 17:8).
En este tiempo también debemos apropiarnos de esta
oración para que se haga realidad en nuestra vida. Pero debemos saber que en el
pedir está el dar, así que la Toráh nos dice por medio de Moshé: “El Eterno tu
Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y derechos; cuida, pues, de
ponerlos por obra con todo tu corazón, y con toda tu alma”. ¡Es decir, hay que
Obedecer Su Toráh!
Junto con los Bikkurim se ofrecía el diezmo de la tierra
para que la Bendición del Eterno la hiciera fructífera, de manera que se nos
enfatiza: “Al Eterno has ensalzado hoy para que te sea por Dios, y para andar
en sus caminos, y para guardar sus estatutos y sus mandamientos y sus derechos,
y para oír Su Voz: Y también está la promesa de Él: El Eterno te ha ensalzado
hoy para que le seas su peculiar pueblo, como Él te lo he dicho, y para que
guardes todos sus mandamientos; Y para ponerte alto sobre todas las gentes que
hizo, para honor, fama, y gloria; y para que seas pueblo santo al Eterno tu
Dios, como Él ha dicho”.
Moshé
prescribe una Mitzváh especial al Pueblo: “Y será que, el día que pasaren el
Yardén a la tierra que El Eterno tu Dios te da, te has de levantar piedras
grandes, las cuales revocarás con cal: 3 Y escribirás en ellas todas las
palabras de esta Toráh, cuando hubieres pasado para entrar en la tierra que El
Eterno tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como El Eterno el Dios de
tus padres te ha dicho”. Las piedras deberían estar colocadas como
Otiót/Señales en el monte Eival, pues las maldiciones y bendiciones debían ser
proclamadas a viva voz por tribus específicas: Para bendecir al pueblo:
Shimeón, Leví, Yehudá, Yissajár, Yoséf y Binyamín. Para pronunciar la
maldición: Reuvén, Gad, Asher, Zevulún, Dan, y Neftalí. Se enfatiza: “Y
escribirás en las piedras todas las palabras de esta Toráh muy claramente”.
Rashí dice que esta frase significa, que la escritura debía ser en setenta y un
lenguas (En idioma Ivrit y en los idiomas de las setenta naciones
primordiales).
Las Maldiciones: Devarim 27:
15
Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación al
Eterno, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo
responderá y dirá: Amén.
16
Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
17
Maldito el que redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
18
Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo:
Amén.
19
Maldito el que torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda.
Y dirá todo el pueblo: Amén.
20
Maldito el que se echare con la mujer de su padre; por cuanto descubrió el
regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
21
Maldito el que tuviere parte con cualquiera bestia. Y dirá todo el pueblo:
Amén.
22
Maldito el que se echare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre.
Y dirá todo el pueblo: Amén.
23
Maldito el que se echare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
24
Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
25
Maldito el que recibiere don para herir de muerte al inocente. Y dirá todo el
pueblo: Amén.
26
Maldito el que no confirmare las palabras de esta Toráh para cumplirlas. Y dirá
todo el pueblo: Amén.
Las
Bendiciones: Devarim 28:
1.-
Y será que, si oyeres diligente la voz del Eterno tu Dios, para guardar, para
poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también El
Eterno tu Dios te pondrá alto sobre todas las gentes de la tierra;
2
Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la
Voz del Eterno tu Dios.
3
Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
4
Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas,
y los rebaños de tus ovejas.
5
Bendito tu canastillo y tus sobras.
6
Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.
7
Pondrá El Eterno a tus enemigos que se levantaren contra ti, de rota batida
delante de ti: por un camino saldrán á ti, por siete caminos huirán delante de
ti.
8
Enviará El Eterno contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello en
que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que El Eterno tu Dios te da.
9
Te confirmará El Eterno por pueblo suyo santo, como te ha jurado, cuando
guardares los mandamientos del Eterno tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
10
Y verán todos los pueblos de la tierra que El nombre del Eterno es llamado
sobre ti, y te temerán.
11
Y te hará El Eterno sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el
fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que juró El Eterno a
tus padres que te había de dar.
12
Te abrirá El Eterno su buen depósito, el cielo, para dar lluvia á tu tierra en
su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás á muchas gentes,
y tú no tomarás emprestado.
13
Y te pondrá El Eterno por cabeza, y no por cola: y estarás encima solamente, y
no estarás debajo; cuando obedecieres a los mandamientos de Eterno tu Dios, que
yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.
14
Y no te apartes de todas las palabras que yo os mando hoy, ni a izquierda ni a
derecha, para ir tras dioses ajenos para servirles.
Pero
si no obedecemos:
15
Y será, si no oyeres la Voz del Eterno tu Dios, para cuidar de poner por obra
todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre
ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
16
Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo.
17
Maldito tu canastillo, y tus sobras.
18
Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus
vacas, y los rebaños de tus ovejas.
19
Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.
Por
ello, es mejor hacer Teshuvá y aceptar la corrección del Shadday, que
afrontar todas las maldiciones.
Haftaráh
Ki Tavó: Yeshayahu/Isaías 60:1 - 22.
1
Levántate, resplandece; que ha venido tu luz, y la gloria del Eterno ha nacido
sobre ti. 2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los
pueblos: Pero sobre ti nacerá El Eterno, y sobre ti será vista Su gloria. 3 Y
andarán las gentes a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. 4 Alza
tus ojos en derredor, y mira: todos estos se han juntado, vinieron a ti: tus
hijos vendrán de lejos, y tus hijas sobre el lado serán criadas. 5 Entonces
verás y resplandecerás; y se maravillará y llenará tu corazón, que se haya
vuelto a ti la multitud de la mar, y la fortaleza de las gentes haya venido a
ti. 21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra;
renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.
La
Haftaráh al igual que la Parashá dice que los Hijos de Israel heredaremos la
tierra que El Eterno nos ha dado. Tenemos la promesa, pero para ello hay que
cumplir Su Toráh, Servirlo y Amarlo solo a Él. Toda persona sensata estará de
acuerdo conmigo que es mejor recibir las maldiciones que las maldiciones, ya
que está en nuestra decisión el cumplir las Mitzvót, para que nuestra vida
prospere en todo momento.
Todas
estas palabras fueron dichas en la tierra de Moav, para recordar el Pacto que
El Elyón concertó con nosotros en el monte Jorév. A pesar de que el Pueblo vio las
señales, y las grandes maravillas que Él Hizo en Mitzráyim, no comprendió que
su liberación era total, pues cuarenta años viajó por el desierto sin que sus
ropas se desgastaran y siendo protegido por las nubes de gloria, aún así se
quejó Delante del Rey de Reyes.
La
situación actual no es tan diferente, pues nos quejamos por detalles insignificantes,
y olvidamos que tenemos al Mejor Padre del Universo: El Eterno, HaKadósh Barúj
Hu. Confiemos plenamente en Su Bendición, Apoyo, Ayuda y Guía, pues hasta que
lo hagamos, entonces comenzaremos a experimentar milagros en nuestras vidas.
¡Shabbát Shalóm VeShavúa Tov ✡!
18
de Elúl de 5774/13 de Septiembre del 2014,
Hermosillo, Sonora, México.
Por Maestro: Thyto Eliyahu Ovadyah Humberto.
Derechos de Autor/Copyright © registrados en México.
Hermosillo, Sonora, México.
Por Maestro: Thyto Eliyahu Ovadyah Humberto.
Derechos de Autor/Copyright © registrados en México.
Hermosa parasha, shavua tov.
ResponderEliminar