Un día el maestro pide prestada una cacerola a su vecino. La utiliza por un tiempo. Antes de devolverla le pone dentro otra cacerola más pequeña y entrega las dos al vecino.
Al ver la otra cacerola, el dueño de la grande pregunta al maestro: ¿Qué es eso? El maestro contesta: "Es que la cacerola grande dió a luz una pequeña". El vecino parece muy complacido y acepta completamente la explicación, asi como los dos utensilios.
Días después el maestro pide prestada nuevamente la cacerola grande. Se va a casa del vecino, la obtiene y la lleva a su casa. Pasan algunos días sin que la devuelva. Entonces el dueño se impacienta y va a la casa del maestro para reclamarla.
Al llegar, el maestro pregunta: - ¿Qué es lo que quieres?
- ¡Mi cacerola porsupuesto! - dice el vecino con voz muy clara.
- ¡Vaya! Repone el maestro - ¡Lo siento mucho! pero el otro día la cacerola grande se murió!
- ¡Cómo! Exclama el vecino con sorpresa y enojo.
- ¡señor maestro, las cacerolas no pueden morirse!
El maestro repone: ¡Sí... cómo no!... tú aceptaste la idea de que una cacerola podía dar a luz, entonces, ¿Por qué has de dudar que tambien pueda morirse?
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Excelente! el maestro le da una gran enseñanza al vecino, simplemente muchas personas son mas convenientes que éticos...
ResponderEliminarSimplemente. Exelente!!!
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