La parashá para esta semana se llama Matot. La van a encontrar en el Libro de Bamidbar Números 30:2-33:42. Desde una perspectiva moderna, la parashá para esta semana en varios niveles parece haber dado marcha atrás, Vemos este regreso en los derechos de la mujer y en el narrativo bíblico con referencia a la guerra contra Midian, así se aprende que el sufrimiento de un grupo no se traduce necesariamente en compasión para otros. Como siempre el texto es honrado y no trata de esconder lo negativo, sino nos dice los buenos y malos hechos y nos obliga a profundizar en el texto para poder arrancar de el sus ideas éticas.
Maté: Una Vara para Caminar o Determinar Limites |
El lector hebreo aprenderá estos conceptos a través de una variedad de pistas e indirectas. Por ejemplo, el texto no comienza con las palabras que normalmente usa: "D'os habló a Moisés diciéndole..." sino en este caso Moisés simplemente empezó a hablar. Las palabras y los conceptos expresados por sus palabras solamente pertenecen a él. Moisés no se dirige a las masas sino a los "rashei hamatot: el liderazgo de cada tribu. ¿Es Matot una lección sobre el liderazgo? ¿Les habló a los jefes porque sabía que las declaraciones del liderazgo dan un tono nacional al discurso. ¿Nos dice Moisés que las palabras y el tono de las palabras de un líder tienen importancia y tienen su impacto en el nivel de cortesía dentro de una sociedad? Cuando los líderes son disgregadores, arrogantes, o se niegan a oír el otro lado, entonces dan un tono negativo a todo el diálogo nacional.
Este texto comprende que la historia no tiene solamente un rumbo. Siendo humanos progresamos y regresamos y nuestro liderazgo humano es irregular. Como especie, somos capaces de cuidar al otro y ser hostil con él, de demostrar compasión a nuestro prójimo o destruirlo a causa del egoísmo. Por eso nos dice que creer y hablar no son suficientes, tenemos que hacer y realizar ¿Nos enseña el texto que deberíamos juzgar a nuestros líderes no por la calidad de su oratoria sino por los resultados de sus acciones? El texto nos enseña a unificar nuestras palabras con nuestras acciones. Nos dicen que deberíamos insistir en una unificación entre las palabras y las acciones de nuestros jefes.
La sección semanal se da cuenta que con demasiada frecuencia estamos listos a deshacer el progreso, a retroceder éticamente y buscar los bienes ajenos y el poder. Puede ser que es por eso que el texto empieza con las palabras: "Tachel dvaro b'chol ha'yotzey mi piv/cumplirá con su palabra y hará todo lo que sale de su boca" (30:3). No son palabras fáciles, sobre todo en una sociedad que se define por lo material en lugar del espiritual. ¿Hemos aprendido las lecciones de Matot? ¿Qué opinan Uds.?
Dr. Peter Tarlow,
Rabbi Director for the
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