Estudiemos brevemente acerca de cómo nos pide el Eterno nos comportemos con los animalitos que tenemos a nuestro cargo.
A una persona encargada de alimentar animales le está prohibido sentarse a
comer antes de haberlos alimentado a ellos. Esto se deriva del versículo de la
Torá donde se da precedencia a la alimentación de los
animales, porque está escrito: "Daré también hierba en tu campo para tus
ganados; y comerás y te saciarás"
(Devarim/Deuteronomio 11:15).
En lo referente a beber, el hombre tiene
precedencia, ya que es menos capaz de soportar la sed que el hambre. También
aquí las Escrituras proporcionan la base. Está escrito: "Bebe, y también
daré de beber a tus camellos" (Bereshit/Génesis 24:14).
El deber de ser benévolo con los animales y de
evitar actos que puedan causarles angustia o sufrimiento, se encuentra en muchos
pasajes de la Tora: "No pongas bozal al buey cuando trillare"
(Devarim/Deuteronomio 22:10).
Para respetar los sentimientos de una ave madre:
"No tomarás la madre con los hijos. Dejarás ir a la madre . . . "
(Devarim/Deuteronomio 22:6-7).
Las leyes de Shabát exigen también reposo para las
bestias. Las leyes de sacrificio casher estipulan la muerte más indolora y
rápida del animal para evitarle así el más leve sufrimiento.
El libro bíblico
de Mishlé/Proverbios resume: "El justo se compadece de la vida de su
bestia
(Mishlé/Proverbios 12:10).
Libro El Ser Judío, de Rabbí Hayim Halevy Donin
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