12 junio 2015

Parashá Sheláj Lejá: Bamidbar/Números 13:1 - 15:4.


Divrei Rivkah Jayah VeEliyahu Ovadyah

Nuestra Parashá comienza diciendo: “Vaydaber A. El Moshé Lemor Sheláj Lejá Anashim Veyaturu Et Éretz Kenaan”. /“Y Habló El Eterno a Moshé diciendo: Envía para ti hombres que exploren la tierra de Kenaan”. Moshé envió un hombre de cada tribu para que revisaran la tierra y trajeran informes de ella. Moshé les dice a los doce hombres que pregunten a los moradores de la tierra si aún vive el Tzadik Yov, pues sus méritos protegían a los habitantes de Kenaan. La Toráh menciona aquí algo muy interesante: A Hoshea Bin Nun, Moshé le cambia el nombre a Yehoshúa; el nombre Hoshea significa: Salvación y el nombre Yehoshua significa: Que El Eterno te salve.

Los Jajamim dicen que se le añadió la letra Yud del nombre de Dios al nombre de Hoshea para exaltarlo, pues él iba a ser el sucesor de Moshé. Siempre que Moshé terminaba un discurso Hoshea era el último en levantarse e inmediatamente iba tras su maestro, él siempre quería aprender Toráh de Moshé. Además la vocal Jirik que da el sonido fonético de: “u” en la letra Shin en el nombre de Yehoshúa, está formada por tres puntos en diagonal: Ésta simboliza al padre y madre de Yehoshúa, además del padre espiritual que es Moshé.


Los doce espías trajeron luego de explorar la tierra uvas gigantes, pero las respuestas de diez de ellos fueron desalentadoras al decir que habían visto a los Nefilim hijos de Anak y que al lado de ellos parecían langostas y así los veían los gigantes. Solamente Yehoshúa y Kalev trajeron respuestas positivas para alentar al pueblo: “¡Vayamos y conquistemos la tierra, porque podemos hacerlo! (El Tzadik Yov ya había fallecido, por tanto ya se podía conquistar la tierra).


La Toráh menciona que esa noche toda la asamblea se levantó y lloraron. Mis preguntas son: ¿Por qué creyeron más al informe negativo de los diez hombres que al informe de aliento de Yehoshúa y Kalev?, ¿Acaso no habían visto y vivido los milagros que El Eterno Hizo anteriormente? Ellos se lamentaban diciendo: Hubiéramos muerto en Egipto, HaShem nos lleva a morir a espada, preferimos volver a Egipto. Entonces Moshé y Aharón se postran sobre sus rostros y Yehoshúa rasga sus vestidos y le dicen al  pueblo: El Eterno está  satisfecho con nosotros, nos llevará a esta tierra y nos la entregará. Es una tierra de la que fluye leche y miel. Pero no se rebelen contra El Eterno, ni le tengan miedo al pueblo que vive en esa tierra, pues son nuestro pan (Esta expresión es utilizada a veces en Latinoamérica de esta forma: Son pan comido).



La Gematría nos muestra el estado espiritual de nuestro pueblo en ese momento: Las palabras: Y lloraron/Vayiveku (Bamidbar 14:1) tienen un valor numérico de: Vav=6, Yud=10, Bet=2, Caf=20 y Vav=6, total=44. Como leímos anteriormente nuestro pueblo quería volver a la esclavitud en Egipto, y es por ello que las palabras: Y lloraron/Vayiveju, tienen el mismo valor numérico que las palabras: Y su corazón/Velibó.- Vav=6, Lámed=30, Bet=2 y Vav=6, total= 44. ¡Ellos aún estaban cautivos mentalmente, pues físicamente eran libres pero su pensamiento estaba en Egipto! 


Los hombres que dieron el falso informe al pueblo mueren debido a una plaga, y el pueblo quiere ir a conquistar la tierra sin el respaldo del Eterno, ellos dijeron: “Estamos listos para ir hacia el lugar acerca del cual El Eterno  ha dicho”. Pero Moshé les advirtió: “¿Por qué van contra la palabra del Eterno? ¡Esto no tendrá éxito!, ¡no vayan hacia allí, El Eterno no está con ustedes! ¡Eviten morir a manos de sus enemigos! La Toráh nos menciona un dato interesante: Ni el Arca del Pacto del Eterno ni Moshé se movieron del campamento ¿Qué nos enseña esto?: Si El Eterno no va contigo a un lugar o no respalda una decisión que has tomado mejor no vayas y no lo hagas. Y en efecto los Amalecitas y Kenaanitas vencieron a nuestro pueblo y los persiguieron hasta Jormá.


HaKadósh Barúj Hu dicta las leyes en cuanto a los Korbanót que deben ir acompañados de harina, específicamente en el tiempo de Minjá (Tarde). También el Eterno transmite una mitzváh muy especial: Cuando entren a la Tierra a la que Yo los conduzco, antes de comer del pan en el país, deberán ofrecer una ofrenda al Eterno: Deberán separar la primera porción de toda masa, como ofrenda de Jalá, debe separarse tal como la ofrenda de los cereales. En Érev Shabbát tenemos la costumbre de separar la primera porción de la masa de la Jalá  y quemarla, esto es debido a esta mitzváh de la Toráh (Aquí en esta mitzváh se juntan tanto Mitzvót de Oraitá/De la escritura y De Rabanán/De los Rabinos, pues ellos nos han mandado separar la Jalá también).


La Toráh menciona también que si una persona comete Avodá Zaráh (Servicio extraño: Idolatría) involuntariamente deberá ofrecer una cabra menor de un año como ofrenda Jatát (Por el pecado), entonces el Kohén proveerá expiación por la persona y la persona será perdonada por El Eterno. Pero si una persona comete Avodá Zaráh intencionalmente será cortada del Pueblo por haber denigrado y transgredido la palabra del Eterno mientras su falta este en él. La Toráh declara explícitamente que estas mitzvót son tanto para el nacido como para el convertido al Pueblo del Shadday sin hacer distinción entre uno y otro.
  

La Parashá menciona la mitzváh a nuestro pueblo de poner Tzitzit en las cuatro puntas de los vestidos por todas nuestras generaciones, para que cuando los veamos nos acordemos de los Mitzvót del Eterno, los pongamos por práctica, seamos santos y no nos desviemos detrás de nuestros corazones y ojos. En tiempos modernos ya no vestimos túnicas a la antigua usanza, pero los Rabanim crearon el Talit  Gadól/Grande y el Talit Katán/Pequeño, para que el Pueblo pudiera seguir cumpliendo esta mitzváh. De esta forma también, en esta orden del Eterno se juntan tanto Mitzvót de Oraitá/De la escritura como De Rabanán/De los Rabinos.


Haftaráh Sheláj Lejá: Yehoshúa/Josué 2:1-24.




1 Yehoshúa, hijo de Nun, envió en secreto dos hombres -espías- desde Shitim y les dijo: Vayan y observen la región y la ciudad de Ierijó. Ellos fueron y llegaron a la casa de una mujer vendedora de alimentos, de nombre Rajav, y durmieron allí. 2 Pero el rey de Ierijó fue advertido: “Mira, vinieron hombres israelitas esta noche para espiar la tierra”. 3 Entonces el rey de Ierijó mandó a decirle a Rajáv: “Saca a los hombres que vinieron a verte, que vinieron a tu casa, pues vinieron a espiar toda la tierra”. 4 Entonces la mujer tomó a los hombres, los ocultó y dijo: “Es verdad que unos hombres me visitaron, pero no sé de dónde son ellos”.  

Rajáv les dijo: “Yo sé que El Eterno les ha entregado esta tierra. El pánico a ustedes se ha apoderado de nosotros, todos los habitantes del país están aterrados por ustedes. 10 pues hemos escuchado acerca de que El Eterno secó las aguas del mar Suf ante ustedes cuando salieron de Egipto; y qué les hicieron a los dos reyes de los Emoritas -Sijón y Og- que estaban en la otra margen del Iardén, a quienes aniquilaron. 11 Cuando lo escuchamos se nos derritió el corazón debido a ustedes, ya ningún hombre tiene ánimo. El Eterno Dios de ustedes., Él es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra. 12 Ahora, por favor, júrenme por El Eterno que así como yo fui benévola con ustedes, también ustedes serán benévolos con la casa de mi padre".

Rajáv escuchó acerca de las maravillas y proezas que El Eterno Hizo para liberar a Su Pueblo, además de Su Ayuda durante la travesía de sus hijos a través del desierto. Esto despertó su respeto y amor hacia HaKadósh Barúj Hu. El Midrásh nos cuenta que Rajáv hizo Guiur/Conversión hacia el pueblo de Israel, y que ella le pidió perdón al Shadday por no encender las velas de Shabbát y también por no haber separado la Jalá antes de conocerlo a Él. Este acto nos muestra cuanto amor y respeto ella tenía para con El Eterno. ¡Pidamos al Eterno que nuestras mujeres Lo Amen así como lo hizo Rajáv!

¡Shabbát Shalóm VeShavúa Tov !


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