31 mayo 2015

¡Alégrate siempre y en todos los casos!

Cuando veas amanecer no olvides que eres un mero espectador en un mundo que no te pertenece.
Y alégrate.



Cuando camines por la ciudad y sigas un camino u el otro, no olvides que ni el equilibrio ni la capacidad de movilidad no te pertenecen.
Y alégrate.
Cuando la vida te presente desafíos, retos, pruebas y luchas, no olvides que desde los Cielos quieren que crezcas y asciendas.
Y alégrate.
Cuando alguna enfermedad te aqueje o un dolor te oprima, no olvides que buscan despertarte desde los Cielos, y comunicarte algún mensaje que no terminas de entender.
Y alégrate.
Y cuando llegue el anochecer, y sientas que tus fuerzas flaquean y tu corazón ya no palpita con la misma pujanza, no te olvides que la Vida es un préstamo temporario, y que la inmortalidad es un invento cobarde de hombres cobardes.
Y alégrate.
Porque perder la alegría es un acto de ingratitud y desagradecimiento, de olvido y de egoísmo del Hombre, ese invitado de honor a la fiesta de Vida.

Autor: Rabino Daniel Karpuj

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