16 marzo 2014

El Nombre del Eterno oculto en la Meguiláh Ester


La historia de la liberación del Pueblo Judío de manos del imperio Persa, prodigiosamente realizada por el Eterno, ha fascinado a las personas de todas las generaciones. A través de los siglos los estudiosos de las escrituras se han preguntado por qué no aparece el Nombre del Eterno en la Meguiláh de Ester, sin embargo aceptan que la Presencia de HaKadósh Barúj Hu es tan evidente en el relato que no fue necesario Mencionarlo.


El Pueblo Hebreo ha sido ampliamente conocido a través de la historia por ser culto y fiel seguidor de sus tradiciones y folklore, de modo que su identidad ha quedado plasmada en numerosos escritos con el correr del tiempo. El respeto y honor que se da a los gobernantes, a los ancianos y a la familia en si en el Pueblo Semita, es un gran ejemplo a emular por las naciones del mundo.

En ocasiones el ser humano piensa que es autosuficiente para resolver las situaciones que se le presentan en su diario andar. Pero la experiencia de Israel, nos ha mostrado que es necesario confiar en el Hacedor de todo cuanto existe para poder tener una vida plena y armoniosa.

Los Judíos han demostrado que a pesar de todas las dificultades que han atravesado, siempre han confiado que hay un Poder Superior que los ayuda y alienta a seguir adelante en las vicisitudes en que se han encontrado, cuando el opresor ha querido tomar posesión de su existencia, y que a pesar de que ha querido exterminarlo por completo, no ha podido lograr su cometido.

Los Soferim siempre han contado con Siata Dishmaya (Ayuda del Cielo) para escribir los libros sagrados de acuerdo a la Voluntad del Eterno. Es tan estricta la Masoráh en cuanto a la transmisión de los textos, que cuando una letra falta o sobra en el pergamino, entonces se convierte automáticamente en Pasúl (Inservible) y tiene que ser enterrado para evitar que se transmita el error a través de todas las generaciones actuales y venideras.

El Talmud Bavli en el Tratado Kelim 139 contesta a la interrogante que se han hecho teólogos, y estudiosos de los textos hebreos a través del tiempo: ¿Dónde encontramos a Ester en la Toráh?”: “En Devarim 31:18.- “Veanojí Haster Asetir Panai”. / “Empero Yo esconderé ciertamente Mi Rostro”.

Esto es precisamente lo que El Eterno hizo en la Meguiláh Ester: “Esconder Su Rostro a través del Álef Bet”. El Eterno nos hace la misma pregunta que hizo a Manoaj padre de Shimshóm: Shoftim 13:18.- Y el Maláj del Eterno respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es oculto?

En la Meguiláh se menciona: Ester 1:20.- Y el mandamiento que hará el rey será oído en todo su reino, aunque es grande, y todas las esposas darán honra a sus maridos, desde el mayor hasta el menor. Y este es un gran consejo para las mujeres de todas las generaciones: Que respeten a sus maridos, los amen y apoyen en sus decisiones siempre y cuando sean correctas.

Precisamente en la expresión del Pérek 1, Pasúk 20: “Todas las esposas darán”. Que en Ivrit se dice: “Hi Vejol Hanashim Yitenu”;  se encuentra un Secreto Maravilloso: “El Nombre del Eterno”. En la primera letra de cada palabra comenzando por la palabra Hi/Ella, encontramos el Nombre del Shadday: Yud, Hei, Vav, Hei a manera inversa. (Cada letra del Nombre del Eterno la plasmé de color rojo para que se pueda apreciar mejor):


Seguidamente la Meguilá hace mención de las palabras de Hadassah: Ester 5:4.- Y Esther dijo: Si al rey place, venga hoy el rey con Hamán al banquete que le he hecho. El Nombre del Eterno está oculto en las palabras: “Venga el rey y Hamán hoy”.  / “Yavó Hamélej Vehamán Hayóm”.  Comenzando por la letra Yud de palabra Yavó/Venga y tomando cada primera letra de las demás palabras encontramos el Nombre de HaKadósh Barúj Hu:


Arur Hamán pensaba que su alegría sería permanente, pero no sabía que ese día sería el último que pasaría con vida: Ester 5:13.-  Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mordejai sentado a la puerta del rey. 


Espiritualmente hablando debemos estar siempre sentados a la puerta del Rey. En Hebreo está escrito: “Zéh Einenu Shoveh Lí”. / “Esto de nada me sirve”. Si tomamos la última letra de cada palabra, el Nombre del Eterno se encuentra escrito a la inversa:


Cuando El Eterno se le apareció a Moshé Rabenu en la zarza, Ben Amram le preguntó: Shemót 3:13. - Y dijo Moshé a Di-s: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo, El Di-s de sus padres me ha enviado a ustedes; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé? 14 Y respondió Di-s a Moshé: “Seré El Que Seré”.

El rey Ajashverosh preguntó a Hadassah: Ester 7:5.- Y respondió el rey Ajashverosh, y dijo a la reina Esther: ¿Quién es, y dónde está, aquél a quien ha llenado su corazón para actuar así? En la pregunta: ¿Quién es, y dónde está, aquél?, en Hebreo está escrito: “Hu Zéh Veei Zéh”. Comenzando desde la letra Hei de la palabra Hu/Él y después tomamos la última letra de cada palabra podremos encontrar escondido el Nombre Eheyéh/Seré, el mismo atributo que El Eterno dijo a Moshé:


El castigo de Hamán se acercaba, el Midá Kenegued Midá era inminente: Ester 7:7.- Se Levantó luego el rey del banquete del vino en su ira, y se fue al huerto del palacio: y se quedó Hamán para procurar de la reina Esther por su vida; porque vio que estaba determinado para él el mal de parte del rey. 

La expresión: “Porque el mal estaba determinado para él”, en Hebreo se escribe: “Ki Jaletah Eláv Haraah”. Si tomamos la segunda letra de cada palabra, a partir de la Letra Yud de la palabra Ki/Porque, encontraremos el Nombre del Creador del Universo:


Ciertamente El Eterno se mostró de una manera formidable a Su Pueblo en tiempos de Ester. Asimismo se ocultó por modestia del texto literal de la Meguiláh, pero Emerge Majestuoso a través del lenguaje Sagrado por medio del cual Él hizo el universo.

¡ Baruj  HaShem !

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