Divrei Eliyahu Ovadyah VeRivkáh Jayáh
Shemót/Éxodo
1:1.- “VeÉleh Shemót Benei Israel HaBáim Mitzráymah Et
Yaacov Ish Ubeitó Bau. Estos son los nombres de los hijos de Israel que llegan
con Yaacov a Egipto, hombre con su casa llegó” (cada hombre con su familia
llegó).
Un
pueblo diferente para nosotros los Hijos de Israel desde nuestra estancia hasta
la bendita liberación con Mano Fuerte y Brazo Extendido
por medio del Shadday, sin duda como afirman los Tehilim 114:1.- “BeTzet Israel
Mimitzráyim Beit Yaacov MeAm Loez”. / “Saliendo Israel de Egipto la Casa de Yaacov
del pueblo extraño”.
Las
Esferas/Sefirót del Étz Jáyim/Árbol de la Vida, son emanaciones divinas que nos
conectan con los atributos que debemos poseer: Jojmáh/Sabiduría,
Biná/Entendimiento, Daat/Conocimiento, Jésd/Bondad, Guevurá/Fortaleza,
Tiféret/Belleza, Nétzaj/Victoria, Hod/Esplendor, Yesód/Fundamento. Los cuales
debemos aplicar diariamente en nuestra vida diaria, y algunas de estas
cualidades del Eterno están aludidas en Divrei Hayamin Alef/1 Crónicas
29:11.
Si calculamos el valor numérico de la palabra: Shemót/Nombres
(Shemót/Éxodo 1:1).- Shin=300, Mem=40, Vav=6 y Tav=400, total=746, nos
percataremos que es exactamente el mismo valor de la palabra: Sefirót/Esferas
(Tehilim/Salmos 71:14): Sámej=60, Pé=80, Resh=200, Vav=6 y Tav=400, total=746.
Las cualidades de los nombres hebreos poseen una fuerza espiritual sorprendente
que nos conecta con nuestra esencia, pues el nombre hebreo es: Kadósh/Santo.
Curiosamente el Pasúk 1 se expresa en presente, al decir que los
Hijos de Israel llegan a Egipto, no se sintieron arraigados en Egipto, sino que
se sentían como si estuvieran llegando. Tal como dice el Midrásh Shemót:
“Estos son los shemót/nombres, los Hijos de Israel, permanecieron fieles
manteniendo su fidelidad a sus vestiduras, tradiciones y nombres
hebreos”.
El
nacimiento de Moshé que se explica en el segundo Pasúk, fue algo extraordinario
por la figura que llegó a ser: Según el Midrásh Shemót, Moshé nació con Brit
Miláh, poseía unas dotes espirituales innatas aludiendo su nivel excepcional de
conexión personal con El Eterno, su casa se llenó de luz al nacer, queriendo
decir que transmitiría espiritualidad al mundo circundante.
Además de que tuvo dos mamás: Yojevéd su mamá natural, y su mamá
adoptiva la hija de Paró: BATYAH según el Midrásh Shemót, o BITYAH (Hija de Dios) según el libro
de Divrei HaYámim Álef/ I Crónicas 4:18, quien lo sacó de las aguas, una mujer
egipcia que se unió al pueblo de Israel llegando a ser judía.
¿Qué
nos enseña la Parashá? Que el mundo que nos rodea no debe asimilarnos, de tal
manera que perdamos nuestra esencia: Debemos mantener HaMinjaguim Yadim
LAvoteinu (Las Tradiciones que están en manos de nuestros padres), Ivrit Lashón
HaKodésh (Hebreo: La Lengua Santa), Ivrim Shemót (Nombres Hebreos) y evitar
tantas cosas que nos pueden hacer olvidar el Pacto Eterno que tenemos como
Pueblo Israel con El Eterno.
Moshé nació pequeño, pero
llegó a ser grande por la voluntad de El Eterno, asimismo aprendemos que para
el mundo nacemos pequeños, pero para Dios llegamos a ser grandes con Su ayuda,
al tener una relación personal – espiritual con ÉL. Asimismo transmitimos
espiritualidad a este mundo que nos rodea llegando a ser bendición para otros
por la Voluntad y Bendición de El Eterno.
19 de Tevet de 5775/10 de enero del 2015,
Floridablanca, Santander, Colombia.
¡Shabbát
Shalóm veShavúa Tov ✡!
No hay comentarios:
Publicar un comentario