Durante la semana que entra
estudiaremos la parashá que tal vez capte la esencia del Libro Vaycrá (Levítico).
La tradición llama este libro el "libro de lo sagrado" y la parashá
actual se llama "Kdoshim / Actuen en una manera santa" La van
a encontrar en los capítulos 19:1-20:27
El tema principal entonces es la cuestión de llevar a cabo los ideales y
traducirlos en términos verdaderos: es decir nos pregunta cómo realizamos los
conceptos santos en la vida cotidiana. Como mucho de la Torah, la sección
semanal da hincapié a los ideales como: dar honra a sus padres, la observación
del día sabático, la importancia de no practicar la idolatría, la necesidad de
realizar los compromisos y votos asumidos.
Nos enseña Levítico a fusionar lo ideal con lo verdadero, diciéndonos un
concepto general y después dando un ejemplo concreto y específico. Esta
metodología nos recuerda de modo constante que las grandes ideas valen poco si
el pueblo no las practica como parte de su vida diaria. Así, por juzgar el
sistema de justicia del antiguo Israel, el libro nos enseña que una sociedad
que carece de un sistema judicial imparcial e independiente rápidamente
degenera en caos. Por eso manda a los jueces de Israel: "Lo ta'asu avel
bamishpat: No darán una decisión injusta."
Este principio nos deja con la duda
filosófica: ¿Cómo sabemos si es justa o injusta la decisión? Para
clarificar este punto el Libro nos da dos versículos adicionales que hablan
directamente a la concepción de la justicia. La primera es bien conocida en la
literatura occidental: "V'ahavtah l'reyechah kmochah"
Muchas veces se mal traduce esta frase como: "Amarás a tu prójimo como a
ti mismo", pero si prestamos atención a la gramática hebrea vemos que la
Biblia usa el caso dativo, entonces una traducción mejor sería: "cuando tú
eres bueno y quieres a tu prójimo entonces eres bueno no solamente a él sino a
todos". La segunda frase es la continuación y nos dice "Ani
Adoshem et chukotai tishmmru / Soy D'os y Obedecerán mis leyes".
La Torah nos dice entonces que el principio general del amor no tiene
significado si no lo traducimos en acciones concretas. La Torah clasifica estas
acciones la práctica de las mitzvot, las leyes divinas. Para la Torah es fácil
hablar pero es mucho más difícil hacer.
Quizá podamos comprender este versículo
aún mejor cuando lo comparamos con los versículos 15 y 16 del capítulo 19.
Levítico nos recuerda que demostramos nuestro apego a la justicia verdadera
cuando ni favorecemos a los ricos ni a los pobres, sino hacemos lo correcto.
Por eso el versículo 16 nos dice:”Lo telech rachil bamechah" que
está mal traducido como: "no trate a sus compatriotas en forma
despreciable" pero la traducción más cierta sería: "No trate a sus
compatriotas como si fuera un comerciante extranjero diciendo mentiras y
chismes para aprovecharse de ellos".
En este mundo actual donde
muchas veces los gobiernos ponen una clase económica contra otra, donde hay una
gran falta de buena educación entre los políticos, donde las mentiras y las
medias verdades son moneda de cambio, estas palabras tienen mucho que
enseñarnos.
¿No nos enseñan estas palabras
que términos como el amor no tienen sentido si los pronunciamos pero no los
vivimos? Levítico nos pide que digamos la verdad, que seamos simpáticos
con nuestros vecinos, que establezcamos tribunales justos e imparciales, y que
tengamos gobiernos que tratan a todos los ciudadanos con respeto a pesar de su
partido político. Podemos decir que el tema principal del libro es
"creencias no realizadas en acciones concretas no nos valen nada"
¿Hemos llegado a ser sociedades en las cuales escogemos nuestros líderes no por
su capacidad de hacer o de poner en acción sus creencias sino por su capacidad
de dar discursos bonitos? ¿Qué opinan Ustedes?
Parashat Ha'Shavua del
Centro de Relaciones Hispano-Judías de Texas A&M Hillel
Rabbi Peter Tarlow
Rabbi Peter Tarlow
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